viernes, 18 de enero de 2008

CORRIA EL AÑO 1.976......................


Vélez Benaudalla (Granada).

Mes de Julio de 1.976.

Catorce años recien cumplidos. Sobre las diez de la mañana, mi madre entra dando gritos en mi habitación, se abalanza sobre mí y comienza a darme besos y a llorar. La esperada carta de la beca acaba de llegar. En un momento pensé que todas mis ilusiones se habian acabado.

No era así. Mi madre lloraba de alegria y de tristeza. Alegria porque se me abria el horizonte, tristeza porque sabía que mis dias junto a ellos estaban contados. Yo solamente pregunté: ¿a donde tengo que ir?. La respuesta no me la esperaba: Universidad Laboral de Málaga. Ví en el rostro de mi madre un hilito de esperanza. Al fin y al cabo no estaba tan lejos.

A partir de ahí todos los dias eran frenéticos, preparando el DNI, comprando ropa. Me acuerdo cuando fuimos a comprar la maleta. ¡Menos mal que aceptaron la que yo quise!.

Y llegó ese dia de Octubre.

Toda la noche despierto, sin pegar ojo, los acontencimientos que se avecinaban quería que se adelantaran esa noche para verlos desde mi cama. ¡Que lejos de la realidad!.

Comenzaba una vida nueva.

A las seis de la mañana, todos en pie. Mi padre en la puerta de la casa con su Seat 1500 (era taxista) esperándonos y regañándonos porque ibamos a llegar tarde.

Y llegó ese momento del despido. Despido para mis abuelos y demás familia. Un tráuma. Debo confesar, por qué no, que lloré y mucho. El niño se iba y ya no lo volverian a ver hasta "La Pascua", si seguian vivos, según ellos. Por suerte duraron mucho más.

Tres horas de camino. ¡Vaya carreterita!. Y nos quejamos ahora. Y por fin.....el cartel:





UNIVERSIDAD LABORAL "JOSE UTRERA MOLINA" (MALAGA).


Otro mundo. La verdad es que no nos esperabamos ese Centro. Nunca había visto nada igual. ¡Que majestuosidad!. ¡Que edificios tan modernos!. ¡Que campo de futbol!. Este era mi nuevo hogar. Tenía que aprovecharlo al máximo. Y así fué ó creo que fué.

Al bajar la escalinata, vemos cantidad de gente. Todo lleno de maletas. ¡Madre mía donde me he metido, pensé!. A la cola, y delante de mí, José Antonio Sánchez García y su madre. Menos mal que las madres pronto se dan a conocer y nos presentan. Entregamos la documentación y nos señalan la residencia 1, como nuestro nuevo hogar. ¡Cuanto alboroto hay por todos lados!.

Toc, toc.. tocamos en la puerta del tutor. Se llama José Antonio Conejo Arrabal. Nos da la bienvenida y nos acompaña a la habitación que nos han designado. Habitación número 3. Poco a poco llega Bubi, Almogia, Paco Sánchez y Bustos, al final ya estamos los seis.

Comienza otra historia.

Continuará...............................

Un abrazo a todos







1 comentario:

José Luis Martín Puga dijo...

Compañero Trujillo, tus vivencias me han tocado la fibre más sensible que conforma nuestro querido esqueleto.
¡Vivan aquellos canutos, aquellas chocolatinas, aquellas latas de leche condensada! 'Y viva la madre que nos parió porque somos la mejor generación que ha dado la reciene historia de este país que han dado en llamar España. ¡Viva Velez-Benaudalla y Albuñol!