viernes, 18 de enero de 2008

Parece que fue ayer.................

¡Amigo y compañero Uceda, este blog promete y mucho!
Acabo de leer lloroso las vivencias que habéis insertado en este blog: Conchi (las damas primero), Arbolea (la A es la primera letra del abecedario) y Bubi (no te cabrees conmigo amigo Tauro).
Cada relato me ha llegado a lo más profundo de mi corazón, y descubro con sorpresa que vuestra literatura en nada tiene que envidiar a mi humilde poesía. La "Uni" fue buen semillero (y de esto Salguero sabe un montón) de grandes hombres y mujeres, honorables todos ellos (con talento sobrado para haber llegado a presidente-a del gobierno), pero este oficio vulgar sencillamente no va con nuestros graníticos valores de honestidad, honradez y solidaridad (los cuales como el "valor" en la mili, se nos presupone, ¡carajo!).
Que la "Uni" a todos nos marcó en el desarrollo de nuestra personalidad (no en vano entramos siendo niños-as y salimos de ella siendo todos unos apuestos mozalvetes y unas lozanas señoritas), es un hecho irrefutable desde cualquier punto de vista. Pero de todas las enseñanzas que pude aprender de aquellos irrepetibles años, no me quedo con ninguna en el plano puramente académico. Más bien, al contrario, para mi las "ENSEÑANZAS" con grandes letras mayúsculas, fue la de concebir la AMISTAD entre compañeros y compañeras en la penosa tarea de estudiar para ser hombres y mujeres de "provecho" (como nos decían machacomente nuestros padres), como el mejor de los regalos regalo que hasta entonces nos había obsequiado la vida.
Cinco años dieron para muchas vivencias y, en mi caso particular, significaron cambiar mi mentalidad y moralidad un tanto localista y ramplona, por otra más abierta, solidaria, fraternal y, porque no decirlo, revolucionaria. (De ahí mi vocación por el sindicalismo y la política durante más de 20 años), facetas de las que ahora ando un poco enemistado porque en mi peregrinar muchos "compañeros-as" que sentía como amigos, cambiaron su utopía por el sillón y la alfombra de lujosos despachos). Conozco algunas excepciones, entre ellas las de mi "hermano" UCEDA, que sí practica un sindicalismo comprometido y de clase, y que yo sepa no se ha cambiado nunca la chaqueta (¡y que yo me entere!).
Perdonad por este último párrafo a modo de inciso, pero es lo malo que ha tenido la política en mi vida, que a veces acostumbro a irme por los cerros de Úbeda y meterme en camisas de once varas.
Nunca he dejado de ser aquel niño tímido que llegó a la Universidad Laboral de la mano de mi "viejo" (tristemente ya fallecido), que me acomodé en la habitación que me asignó el insigne Conejo. Que la primera noche (y otras muchas) cuando se apagaban las luces me hartaba de llorar a lágrima viva, pero que con el paso del tiempo fuí endureciendo mi corazón (la necesidad obliga), para convertirme en el segundo ciclo (4º y 5º años) en el iser "mpresentable" que sigo siendo hoy día, que ha luchado y luchará por las causas que realmente considero como justas, y que sigo teniendo a la amistad como un valor en alza (aunque no cotize en Bolsa), que miro al futuro con cierto recelo, pero que me enorgullezco y es para mi un gran honor teneros a todos como mis grandes amigos-as. Que he aprendido a reirme de mi mismo, para luego reirme de todo lo que me plazca y que, me tomo la vida como lo que es, un regalo de la madre naturaleza que no solo voy a disfrutar el día de Reyes, sino todos y cada unos de los días que me toque vivir.
Como dijera el poeta, soy en el buen sentido de la palabra bueno, y estoy convencido de que parte de esta bondad, lo es así porque estoy hecho de infinitos pedacitos muchos de los cuales sois vosotros y vuestras vivencias compartidas, y si me faltará alguno de ellos ya no sería José Luis Martín Puga, también conocido como "Guin" o si lo preferís "balaguillo".
Gracias a todo@s, y amenazo con seguir escribiendo en este blog persiguiendoos en vuestras noches de insomnio como la peor de las pesadillas. OS QUIERO.

3 comentarios:

José Arbolea dijo...

Querido amigo Guin:
Me tienes extasiado con tus poesias.
Espero que te prepares algo bueno para ofrecerselo a todos nuestros compañeros allá por el mes de junio.
Ya sabes por donde andamos.
Lo que te haga falta, nada más que pedirlo. Tus deseos son órdenes para mí.
Un abrazo amigo Guin.

José Luis Martín Puga dijo...

Amigo Trujillo deja el extásis para Santa Teresa de Jesús que de eso sabía un montón, pues corres cierto peligro de que sobre tu cabeza se pose el aura característica de los santos, y que yo sepa tú nunca has preparado oposiciones para tan divina tarea. Lo nuestro es ago más terrenal. Nuestras emociones son de este mundo. Escanciemos todos los toneles y botellas de buen vino que nos pongan por delante. Si las musas nos visitan, hagamos poesía. Si no, prosigamos nuestro camino y ya vendrá la inspiración.
Ya en serio, como le he confirmado ya a Conchi, para el mes de Junio cosecharé en forma de verso la mejores mieles que se crien en la tierra fértil de mi cabecita loca.
Los del día 12, ya nos lleváis ventaja, pues habéis experimentado con la visita a la "Uni" el placer de reencontrarse con los colores, los sabores y los aromas, que se palpan, se paladean y se respiran por aquellos lares.
Gracias por ser como eres. No cambies nunca. Y prepara para la ocasión la cinta de José Luis Perales, que llevabas siempre en el coche cuando juntos viajábamos de acá para allá, y especialmente de Málaga a Vélez-Benaudalla. UN FUERTE ABRAZO.

Conchi dijo...

Amigo José Luis, desde que comencé esta aventura de reencuentro, cada día que pasa,voy descubriendo de que estoy rodeada de personas màs que maravillosas, de que 5 años fueron pocos y me quedó mucho por conocer. Creo que tú y yo hubiésemos sido grandes amigos de haber tenido mas contacto,lo digo siempre en el buen sentido de la palabra, por aquellos tiempos nunca conectamos,por ningún motivo especial simplemente la ocasión así lo dispuso, hoy he descubierto que aquel niño de pocas palabras un tanto cortado y poco ruidoso a mis ojos, es un poeta de gran sensibilidad y humanidad,y me complace descubrir que compartimos esa debilidad.
Nunca es tarde para recuperar una amistad, mientras sintamos con sinceridad la necesidad de querer compartir.