miércoles, 23 de enero de 2008

tras la valla

Hola queridos compañeros:
Aunque escribir me cuesta, la tentación ha podido conmigo, y aquí estoy con un montón de recuerdos de nuestra UNI y poca capacidad literaria para expresarlos, cosa que otros si tienen y admiro, enhorabuena a mis queridos poetas.
No sabía por donde empezar y mi hijo me acaba de dar la clave, me comenta que ha estado tocando esta tarde con un profesor del conservatorio que toca la flauta genial, que es de Málaga y que tocó incluso con Camarón, sin lugar a dudas uno de los hermanos Ramírez, el flautista de TABLETÓN, de pronto mis recuerdos pasaron la valla de la UNI (por el roto del barranco evidentemente) y se fueron a “La Buena Sombra” donde frecuentemente veíamos a estos músicos, Aunque esas no fueron nuestras primeras salidas, estas empezaron tímidamente por la Colonia Santa Inés y aquellos bocatas de calamares, luego exploramos en dirección al Puerto de La torre y por fin nuestra primera salida al centro, autobús y parada en la Alameda, lo primero para muchos fue ir al puerto, ver aquellos enormes barcos, recorrer la calle Larios, ver los escaparates y asombrarnos de lo que podían llegar a costar las cosas, las visitas a Almacenes Mérida, las escaleras eléctricas y muchas cosas que para los que veníamos de pueblos pequeños era otro mundo.
Entre paseo y paseo paradita en la puerta del Zaragozano, posiblemente una de las mejores esquinas del mundo, el tiempo pasa y estos paseitos se van acompañando de cervecita y aparecen nombres míticos: La Buena Sombra, La Valdepeñense, La Reja y sus campeones, El Pil Pil, la plaza Mitjana y tantos otros sitios que también tuvieron su parte en nuestra formación, no todo iba a ser estudiar. Más tarde las salidas se fueron ampliando a otros territorios, El Palo, Torremolinos, El Tívoli y el no va más llego con la era de la motorización, cuando llegaron los seillas de Carlos y de Arbolea eso fue la leche.
No creáis que no tengo recuerdos de dentro de la Uni, solo que algunos ya lo habéis expresado estupendamente y coinciden en la mayor parte con los míos, solo unos detalles que no puedo pasar por alto: uno de los mejores momentos era cuando llegabas a la cafetería y decías “Emilio, bocata tortilla y cerveza”; cuando aparecieron los erizos en cierto armario; las tumbadas en el césped; las sesiones de cine club con Gerardo; como nos preparábamos para salir, los intercambios de ropa; como nos poníamos de Agua Brava o Patrick y un sin fin de cosas y no os preocupéis las visitas a Bulto y al Llano las comentaremos fuera del alcance de nuestros hijos.


Luis Barbero
Motril, 23 de enero 2008

1 comentario:

Conchi dijo...

Mi querido Luis Miguel, qué recuerdos, verd? hoy te diría que muchas de esas escenas ya han desaparecido como los años que han pasado, se fué Almacenes Mérida, hoy es un hotel, desaparecientos los barrios del Llano y el Bulto, gracias a Dios(sabes que siempre fuí una defensora de la vida sana),también desaparecieron los seat 600 como era de esperar, pero desgraciadamente lo que más dolor me produjo es que despareciera nuestro amigo Carlos, lo demás fué sustituido, pero a nuestro amigo nadie lo va a sustituir. Ole por aquellos años y nuestros recuerdos.
Olé a tu jersey marrón y a tus ojos verdes.