domingo, 27 de enero de 2008

UN CANTO A LA VIDA Y AL AMOR


Espero mis queridos niños-as, que os dejéis llevar, no penséis que vais a decir, sólo escribid lo que salga de vuestro interior, no importa la manera, ni las formas, si rima o no, sólo importa que lo que aquí quede plasmado salga de vuestros recuerdos, vuestras emociones y vuestros corazón. seguro que todos tenéis mucho que decir, así que animaos, porque si no ya me veo, con Martín Puga echándonos un mano a mano.

Siempre me gustó escribir, de hecho tengo muchas cosillas por ahí escritas y esta que voy a compartir ahora con vosotros la escribi en el año 1.987


Indefensos llegamos a esta vida, nacemos por miles a cada segundo, pero nos sentimos tan poca cosa que buscamos como desesperados, el calor de unos brazos seguros que te aprieten.

Somos de todas las marcas, de todos los gustos, de todos los sabores y colores, somos de todas las partes del mundo. Mundo que te abre las puertas a un sin fin de sensaciones, a una vida de lucha y a un cajón lleno de sueños y de ilusiones, de metas donde llegar, de caminos que seguir, de momentos que guardar y momentos de sufrir.

Pero nos aferramos a ella con nuestros cinco sentidos y caminamos con o sin rumbo, en busca de nuestro destino, destino incierto,escondido, inseguro pero a todo a quel que nace siempre le espera uno.

Hay lazos que te dan libertad, hay cuerdas que te ahogan sin avisar, aprendemos a buscar unos instantes de alegría y encontramos sin querer, el miedo a la misma vida. Subimos, bajamos, crecemos, reimos y lloramos, sentimos odios sin querer, envidias sin saber, los deseos que te llaman, las fuerzas para luchar y las ganas de vivir; buscamos la meta del triunfo, el calor de una amistad y sin esperarlo encontramos al que llega sin avisar, el mejor de los sentimientos, el ser amados y amar, sentimos que llamamos, que nos vienen a buscar y te envuelves en un torbellino del que no se puede escapar.

El amor, qué es el amor?, sino un laberinto sin salida, sin metas, sin puertas, sin candados y sin control, te ofrece muchos caminos pero nunca indica la dirección, sin flechas que te digan "por ahí tienes que ir", lo que es bueno, lo que es malo, lo que es mejor para tí.

De pronto oyes un ruido, una máquina descontrolada que te atrapa el corazón, que te confunde, que te abruma, te inhunda de sensaciones todas buenas para tí, te envuelves, te entregas sin motivo, sin razón, aunque disputen peleas, tu mente y tu corazón.

Cuando se va, la luz se apaga, se marchan las alegrías, las sensaciones, se cierran puertas y ventanas y mueren las ilusiones. Mas, a nuestro pesar, vagamos por ese laberinto incierto donde nunca hay una meta, donde se confunden la entrada con la salida, donde todo es oculto, divertido, misterioso y sin razón y aunque en ocasiones, pueda ser hasta engañoso, que divertida es la vida y que hermoso es el amor.

Corre y busca el laberinto, sumérgete en esta locura, intenta encontrar el camino, pues si nunca te has enamorado, si nunca has sentido amor, no sabes lo que te has perdido.


Toda la vida la pasamos luchando por encontrar, lo que seguramente ya teníamos con nosotros y no supimos mirar con los ojos que debimos.

2 comentarios:

José Luis Martín Puga dijo...

Conchi, a medida que voy leyendo más de todo cuanto vas escribiendo en este blog y en los correos que me envias, constanto con satisfacción que no solo al día de hoy tenemos reflexiones parecidas sobre la vida, sobre nuestra existencia, sino que leyendo lo que escribiste allá por el año 1987, ya entonces teníamos pensamientos muy similares. (A modo de inciso decirte que en ese año 1.987, mientras tú escribías todas esas cosas tan hermosas sobre el "laberinto" de nuestras vidas, yo salí por primera vez elegido concejal en el Ayuntamiento de mi pueblo, labor que ejercí durante 3 legislaturas (12 años), la última de la cual fuí el alcalde de Albuñol (4 años), hasta 1999, en que debido a un accidente de tráfico deje la política activa).
Yo en los años de Málaga ya hacía mis pinitos en la poesía, y como te comentaba al hilo de la poesía que os dediqué a todas las compañeras de la "Uni", ejercí el papel de Celestina con algunos compañeros que andaban por aquellos entonces con la sangre muy alterada, y no sabían como declararle su amor a su princesa coronada. De aquellos años data también una reflexión que hacía relacionada con la rutina que a veces llena nuestro día a día. Decía así:
Hay que romper
con la ordinariez
y monotonía cotidianas,
y, para ello,
yo me inmiscuyo
en ese pequeño suceso
que hace más trivial
el paso del tiempo,
que, deambula cansado
por el cauce infranqueable
de un día
como otro cualquiera.
y, que como tal,
nunca pasará a la historia.

Mi mujer y mis hijas, llevan años animándome a que recopile todo lo que he escrito desde entonces, y publique un libro. A veces me he animado y he pasado cosas a limpio. Luego me aburro, y es una tarea que voy posponiendo en el tiempo. No sé quizás algún día me decida y salga a la la arena literaria con un libro de poemas. He barajado muchos títulos, y con el que me he quedado hasta ahora es: "LATIDOS DE UN CORAZON HERIDO DE PRIMAVERA". Como veo que tienes mucha sensibilidad, te he querido hacer partícipe de esta primicia, pues el título solo lo conocen, mi mujer y dos hijas guapísimas que tengo.
En fin, no me enrollo más. Acaso solo constatar que somos los únicos que le estamos dando aliciente al blog creado por Uceda. Un beso y un fuerte abrazo. ¡Nos vemos el 28 de Febrero!

ana Maria dijo...

Cuanta belleza hay en tus palabras Conchi.
Leyendo tu relato he recordado una canción de Dyango que decía: Pero es mejor querer y despues perder que nunca haber querido.....
Qué maravilloso es amar,que dimensión nos da de las cosas estar enamorados, nos dulcifica, nos hace mejores.
También se convierte en un ingrato cuando ese amor no es correspondido, pero eso es así, que uno se enamore no es garantía de que la otra persona también lo esté de tí.
Pero con todo ello, estoy contigo amiga Conchi, quien no haya amado no sabe lo que se ha perdido. Un beso.