GRACIAS A TODOS VOSOTROS

Comenzaría diciéndole a mi Pepa que no tiene que darme las gracias por nada, porque realmente para mí, es una gran satisfacción haber hecho esto y no podéis imaginaros lo que siento cuando os veo sonreir, abrazaros y contaros mil y una cosilla que tenéis por ahí dentro escondidas. He despertado algo muy hermoso en todos, pero sólo lo he despertado porque el sentimiento, estaba dentro de cada uno de vosotros. Ayer, como todos los días, encendí mi ordenador temprano, pero no me quedé mucho tiempo, porque ayer era lunes, lunes santo y como cada año desde hace 14, tengo una cita que no puedo cambiar por nada del mundo, tengo que ir a ver a mi cautivo, y os diré por qué. Quizás él, sea el motivo de que mi vida haya rotado un poco y de que entienda la existencia como algo muy especial y que tenemos que aprovechar al instante y nunca dejar nada para otro momento.

Pasé por momentos duros hace 14 años, y de pura casualidad, era semana santa y fuí con mi hermana a las procesiones, al entrar en una callejuela de la parte alta de Málaga, me quedé un poco inerte al ver aparecer la figura del Cautivo, no sé cómo, en unos segundos se entabló un diálogo entre él y yo (no sabría explicaros qué pasó), yo le conté lo que me pasaba y él me habló, creeréis que estoy un poco ida, pero fué así, yo sentí sus palabras dentro de mí y me decía: "no te preocupes hija mía que eso (mi problema) que tanto te está atormentando, antes de que se acabe la semana estará resuelto". En ese momento no pensé nada, pero el jueves santo, pasó, tal como él me dijo. No soy católica practicante, para que lo sepáis, ni estoy cerca de la iglesia ni mucho menos, pero él y yo hemos hecho una sociedad, que prometí no romper mientras tuviera fuerzas para ir cada año a verle, donde le ví. Desde entonces, entró a formar parte de mi vida y cambió muchos conceptos que yo tenía de la misma. Cada vez que me encuentro en baja forma, por cualquier motivo, le pido que me ayude y hasta hoy, siempre me ha respondido.

Ahora mis queridos todos, podréis entender, cómo a mis 46 años, con una vida tan hecha, con una familia tan completa, con una situación casi envidiable, se me ocurrió comenzar este viaje.

He intentado, haceros volver a todos a la niñez y que olvidéis por momentos vuestras vidas actuales, vuestros problemas, y las constantes presiones a las que estamos sometidos.

Yo he tenido la suerte, de entender, que la vida es algo bello, que hay muchos motivos y no materiales que te pueden dar felicidad y que el amor y los sentimientos son la base para vivir mejor, la amistad es grandiosa y poder contar con amigos es un regalo que no todos pueden tener, quizás porque no saben valorarlo. Yo sabía que nosotros cultivamos mucho en esos años, y que no sólo yo sentiría de esta manera, por eso me dije, Conchi, vamos a buscarlos a todos, porque tienen que saber, antes de que sea tarde que ellos fueron muy importantes para tí, porque llenaron tu vida durante 5 años, te marcaron, te enseñaron, te dieron mucho, los echas de menos y jamás has podido olvidarlos.

Sé que con algunos tuve más contacto que con otros, pero hoy sólo deseo que sepáis que os quiero a todos y que siempre es buen momento para dar y recibir.

Mi querida Pepi Montiel, ahora entenderás que nadie me tiene que dar las gracias, porque mi vida está tan llena de emociones, que quizás algunas veces me paso intentando transmitiros lo que yo siento, de todas formas me doy por satisfecha, y si en algunos momentos mi tozudez os abruma, lo siento, os pido perdón pero realmente es que no quiero que nadie se quede sin vivir estos momentos.

Mi intención sólo es haceros sentir bien, que seáis felices y que podamos compartir esa alegría.

Besos para todos y todas.