Bueno, después del parón de Fallas y Semana Santa, y cumpliendo con mi amenza, allá sigo con los recuerdos:
4.- TICTAC (DEDICADO A CAMPOY)
Érase una vez un muchacho que tenía un gran despertador, he dicho grande, no, un enorme despertador, debería de pesar un kilo por lo menos, si te caía en la cabeza te la reventaba, la verdad es que siendo tan grande no se como nunca lo habíamos visto, lo tenía tan escondido que ni siquiera lo habíamos oído. Pero entonces llego la temporada de exámenes y por fin lo vimos y lo oímos, tictac, tictac, que había forma de dormirse, vuelta para la izquierda, ahora para la derecha, ahora el pino puente, nada no había forma de dormirse, mosqueados con el le dijimos que hiciera algo para que no lo oyéramos, así que al principio se lo ponía debajo de la almohada y a veces debajo del colchón, pero de todas formas se oía, y a pesar de todo, bien que nos vino a algunos para los exámenes, pues se que a más de uno lo despertó para levantarse a estudiar. También me aproveche, así que una noche en la que al día siguiente tenía examen le pregunte: ¿mañana a que hora te vas a levantar?, a lo que me contesto, a las 5. Vale, despiértame. Eso sí, hay que reconocer que con el estruendo que hacía el reloj, creo que sólo lo oímos la primera vez, pues normalmente lo apagaba antes de que sonara. Así que a la mañana siguiente me levante a estudiar, según se dice, son las mejores horas, pero realmente no lo sé.
Segundo examen: despiértame. Si, la primera vez me levante, pero a la segunda…., ni a la tercera, ni a la cuarta, así que al final ya no le dije nada, pues me sabía mal que me despertará para luego no levantarme. Terminada la temporada de exámenes el despertador desapareció. Y así otra evaluación y otra, al final nos habíamos acostumbramos tanto al tictac, tictac, que no se si fue en la tercera o la cuarta evaluación, cuando desapareció el despertador, le dijimos a los dos o tres días que lo sacara, pues no podíamos dormir con tanto silencio.
5.- FIESTAS O BAILES
Había un compañero de habitación que le gustaba mucho bailar, y aprovechar al mismo tiempo, ya que íbamos a la fiesta, si se presentaba la ocasión ligar (no era de FP, sino de BUP, para que no os pongáis a pensar en quien era). Reconozco que el baile no es lo mío, ni entonces ni ahora. Pero me fui con el en varias ocasiones. No había bailado nunca, así que cuando me vio quieto, me dijo, Inglés, muévete, pareces un poste de teléfonos, así que me moví un poco, y me volvió a decir, Inglés he visto estatuas con más alegría, eres un desastre, tienes que mover más los brazos, así, que los movía un poco y al rato como no sabía moverlos y no los coordinaba con los pies, dejaba de moverlos (todo esto porque entonces pensaba que hacía el ridículo, y quizás fuera al contrario, hacía el ridículo al no moverlos). ¿Habéis visto a Tricicle?, cuando se ponen los tres juntos, agachan la cabeza, suben los hombros, pegan los brazos al cuerpo y bailan, pues más o menos eso es lo que hacía yo entonces, ahora ya me muevo un poco más, a la velocidad de una tortuga paralítica, pero me muevo. La verdad es que nos lo pasábamos bien, aunque no veías casi nada pues estaba muy oscuro. Si habíais compañeras/os de curso en esas fiesta no os vi., y si me saludasteis y no os conteste es porque no os reconocía.
Continuara….
4.- TICTAC (DEDICADO A CAMPOY)
Érase una vez un muchacho que tenía un gran despertador, he dicho grande, no, un enorme despertador, debería de pesar un kilo por lo menos, si te caía en la cabeza te la reventaba, la verdad es que siendo tan grande no se como nunca lo habíamos visto, lo tenía tan escondido que ni siquiera lo habíamos oído. Pero entonces llego la temporada de exámenes y por fin lo vimos y lo oímos, tictac, tictac, que había forma de dormirse, vuelta para la izquierda, ahora para la derecha, ahora el pino puente, nada no había forma de dormirse, mosqueados con el le dijimos que hiciera algo para que no lo oyéramos, así que al principio se lo ponía debajo de la almohada y a veces debajo del colchón, pero de todas formas se oía, y a pesar de todo, bien que nos vino a algunos para los exámenes, pues se que a más de uno lo despertó para levantarse a estudiar. También me aproveche, así que una noche en la que al día siguiente tenía examen le pregunte: ¿mañana a que hora te vas a levantar?, a lo que me contesto, a las 5. Vale, despiértame. Eso sí, hay que reconocer que con el estruendo que hacía el reloj, creo que sólo lo oímos la primera vez, pues normalmente lo apagaba antes de que sonara. Así que a la mañana siguiente me levante a estudiar, según se dice, son las mejores horas, pero realmente no lo sé.
Segundo examen: despiértame. Si, la primera vez me levante, pero a la segunda…., ni a la tercera, ni a la cuarta, así que al final ya no le dije nada, pues me sabía mal que me despertará para luego no levantarme. Terminada la temporada de exámenes el despertador desapareció. Y así otra evaluación y otra, al final nos habíamos acostumbramos tanto al tictac, tictac, que no se si fue en la tercera o la cuarta evaluación, cuando desapareció el despertador, le dijimos a los dos o tres días que lo sacara, pues no podíamos dormir con tanto silencio.
5.- FIESTAS O BAILES
Había un compañero de habitación que le gustaba mucho bailar, y aprovechar al mismo tiempo, ya que íbamos a la fiesta, si se presentaba la ocasión ligar (no era de FP, sino de BUP, para que no os pongáis a pensar en quien era). Reconozco que el baile no es lo mío, ni entonces ni ahora. Pero me fui con el en varias ocasiones. No había bailado nunca, así que cuando me vio quieto, me dijo, Inglés, muévete, pareces un poste de teléfonos, así que me moví un poco, y me volvió a decir, Inglés he visto estatuas con más alegría, eres un desastre, tienes que mover más los brazos, así, que los movía un poco y al rato como no sabía moverlos y no los coordinaba con los pies, dejaba de moverlos (todo esto porque entonces pensaba que hacía el ridículo, y quizás fuera al contrario, hacía el ridículo al no moverlos). ¿Habéis visto a Tricicle?, cuando se ponen los tres juntos, agachan la cabeza, suben los hombros, pegan los brazos al cuerpo y bailan, pues más o menos eso es lo que hacía yo entonces, ahora ya me muevo un poco más, a la velocidad de una tortuga paralítica, pero me muevo. La verdad es que nos lo pasábamos bien, aunque no veías casi nada pues estaba muy oscuro. Si habíais compañeras/os de curso en esas fiesta no os vi., y si me saludasteis y no os conteste es porque no os reconocía.
Continuara….
2 comentarios:
Aunque yo no viví esos recuerdos, lo cierto es que trasmites mucho y es casi como si los viviera, y sabes una cosa, me encanta como lo cuentas, y en uno de tus escritos anteriores decías algo que me encantó cuando tratabas a tus recuerdos como niños, unos, los tristes escondidos, y otros los alegres saltando y diciendo "escógeme a mí, escógeme a mí....me encantó. Un beso muy fuerte Jose Manuel, besos para todos
Tuvísteis suerte de compartir tantas cosas juntos. Nosotros los externos nos ibamos a casa, pero vosotros tuvisteis la oportunidad de convivir más intensamente, por eso me gusta leer esa anécdotas que cuentas, porque al hacerlo os conoceré mucho mejor y como dice mi querida amiga Paqui es como si las vivieramos de lo bien que las cuentas. Mil besos.
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