jueves, 6 de marzo de 2008

RECUERDOS DE LA RESIDENCIA 1 Y 6

No recuerdo cuando fue cada uno, así que igual he puesto primero el que fue el último, o al revés, pero seguro que cuando los leáis os acordareis de ellos.

1.- GRABACIÓN:
Nuestro tutor de la residencia tuvo que irse durante unos días, así que ni corto ni perezoso, nos reunió en el salón de la residencia y nos soltó un discurso el cual grabó en una cinta, no recuerdo el discurso, pero más menos lo que venía a decir es que nos portáramos bien, pero si que recuerdo el final, dijo: espero que cuando llegue aquí la semana que viene, no haya un cartel que ponga: esto fue la residencia uno. A nosotros entonces nos hizo bastante gracia y más cuando vino a la semana siguiente y volvimos a oír el discurso grabado.

2.- MAQUINILLA DE AFEITAR:
Bueno, como dice Sánchez Drago, los españoles somos un pueblo que no tenemos sentido del humor, sino sentido del chiste, y como sabéis, el chiste normalmente es para reírse dañando a alguien. Lo que os voy a contar quizá no lo debería de hacer yo, sino otro compañero, diciendo el pecado pero no al pecador, pues me paso a mí, pero como quizá no quieran avergonzarme nadie la publique, y como es una anécdota divertida os la cuento, para que os riáis conmigo y al mismo tiempo de mí.
Un compañero me dijo: Inglés, hay café, y le conteste, ¿qué dices?, me contesto: que hay cafeitarse, Ah, la verdad es que tenía razón, pues con 15 o 16 años aún no me había afeitado y la verdad, es que tampoco tenía interés en hacerlo, no tenía maquinilla de afeitar, ni espuma, vamos, no tenía nada, así que le pedí a un compañero la espuma y la maquinilla de afeitar, bueno para que contaros, aquello fue una carnicería, sino me hice 20 cortes no me hice ninguno, y eso en un solo lado de la cara, como no podía seguir así, nunca he soportado la vista de la sangre, le pedí a José Carreño que me dejara su maquinilla eléctrica, así podría ir sin piel en la parte izquierda y afeitado por la derecha. Esto pasó el fin de semana, y a quien me preguntaba le contestaba la verdad, que me había cortado afeitándome. Pero claro, lo peor estaba por llegar, al ir a clase el lunes, entre de los últimos, y nada más sentarme el profesor que me pregunta, Inglés, que te ha pasado, te has caído, y nada, inocente de mí, diciendo la verdad: no, me he cortado al afeitarme, toda la clase riéndose, y el profesor me dijo: hombre Inglés, eso no se dice, ves lo que ha pasado, a veces vale la pena que digas una mentira, como que te has pegado con alguien, a decir la verdad. Bien a partir de entonces, de cuando en cuando digo alguna mentira, porque comprendo que a veces es mejor contar una mentira que la verdad, pero no me gusta, pues no me gusta mentir.
La verdad es que después de tantos años, aún no se si estaba defectuosa la maquinilla o mi mano, pues a veces, después de 30 años afeitándome, me sale alguna maquinilla que la tengo que tirar, pues me hago dos o tres cortes.

3.- GAYUMBOS:
Una tarde, a finales de mayo o principios de junio, estábamos los compañeros de la habitación haciendo la siesta con pantalones cortos o gayumbos, cuando se abrió la puerta y se oyó: AAAAHHHHHH, un grito espantoso, nos quedamos todos asustados preguntándonos que había pasado, y resulta que a un compañero, no se si de nuestra habitación o de otra, les estaba enseñando a unas chicas la residencia, y no se le ocurrió otra cosa que abrir la puerta de nuestra habitación, el grito que oímos fue el que dieron las chicas cuando nos vieron a todos en gayumbos, pues pienso que tan feos no eramos, vamos a las chicas ni las vimos, pues salieron de estampía, no se si eran de FP o de BUP, lo que si oímos era el ruido que hacíeron al bajar las escaleras. Aún me preunto quienes eran.
Continuara…..

2 comentarios:

Pepi Montiel Real dijo...

Amigo Inglés, nos estás hipnotizando a distancia con tus peripecias laborales.
Eso sí que son pistas, y no las que dice dar el fantasma.
Sigue contando anécdotas, que son la repera. Un saludo de parte de Eloy y Pepa.

Conchi dijo...

Hola José Manuel, tus aventuras siempre tan divertidas,ahora tú tienes la suerte de tener más de una que recordar, y eso es agradable, a veces en aquellos tiempos, seguro que lo pasastes mal, pero y ahora amigo mío, no es simpático poder recordar todas esas anécdotas, seguro que al que nunca le ocurrió nada, hoy se estruja la mente intentando recordar algo interesante de entonces, tú recuerda y haznos disfrutar a nosotros con tus recuerdos, ojalá todos tuviéramos tantas cosas que contar.
Besitos.