miércoles, 12 de marzo de 2008

TAMBIEN FUIMOS PRIMAVERA



Cuando la más tierna primavera recorria nuestros cuerpos, conocí a alguien muy especial, alguien que me enseñó muchas cualidades humanas, y a su lado descubrí lo que era la amistad verdadera, fuimos unos compañeros inseparables, hasta que cupido se posó en nosotros, no supimos entender que nos había pasado, cambiamos la amistad, por el amor de unos adolescentes inespertos e inconscientes y al final lo perdimos todo. Yo no escuché a mi corazón.

Pasó el tiempo, y creo que aquella experiencia me enseñó una gran lección, que nunca jamás creas que todo lo que merece la pena está a la vista y al alcance, la mejor esencia, de todo lo bueno siempre está escondido dentro, pero hay que saber encontrarlo. En aquella ocasión, yo no supe mirar y creédme que tardé años en poder olvidar, porque lo entendí cuando ya era tarde.
Cuantas emociones pudimos vivir todos, que seguramente no nos atrevemos a contar, si hay que desvelar sentimientos pues adelante, eso nos hace ser mejores personas y nos hace recordar ese pasado de manera especial.
He aquí que en un momento he pasado de contaros un cuento a una fiel realidad, gran pista para quien quiera acordarse, o su mente le de audiencia sufiente para poner caras a esta tierna amistad.
Hace muchos años de todo lo acontecido, pero que cierto es que lo verdadero, lo puro y lo hermoso siempre tiene su sitio, pasen los días, los meses y si fuera posible, los siglos.
Ahora voy a contestar a un compañero que me ha ofrecido un empleo de mayordomo en la semana Santa.

Amigo y compañero Eloy, ese puesto que me ofreces es de mucha responsabilidad, pues no es cierto que el mayordomo es como el guía de los tronos?, no creo que yo me merezca desempeñar tal oficio, no soy guía, ni ejemplo, sólo un humilde compañero, fantasmilla pero honesto.

¡Ay Paqui Viruel!, si supieras que si me conoces, aunque creas no conocerme, más he de reconocer que me alagan tus palabras, y aún siendo escritas llevan una gran carga de sensibilidad, la que creo que tú tinenes y siempre tuvistes aunque muchos, donde me incluyo yo no supimos ver.
Seguid todos así, sois de primera, gigantes en valores humanos, grandes compañeros, me dais cada día un lección. Cuantos buenos sentimientos albergan vuestros corazones, yo me quito el sombrero y como español que soy os digo ¡Ole!.

Corre el río como el tiempo corre y en el delta junio nos espera.

3 comentarios:

Paqui Viruel dijo...

Yo también me quito el sombrero y digo !olé!.
No importa que no supiésemos reconocer entonces ciertos valores de esos seres con los que convivimos entonces. Se no está dando una segunda oportunidad y créeme que no me arrepiento de no haber podido sentir esa "maravillosa esencia" en aquellos tiempos. Lo mismo ni estábamos preparados aún, pero lo cierto es que plantamos las semillas y ellas han crecido y e aquí que estamos todos recogiendo los frutos de aquellos tiempos. Crees que eso es una casualidad?...no, yo no lo creo, fue una reunión especial de personas y ha llegado el momento de "saborearla en su más elevada esencia".
Disfrutemos el "ahora" que estamos viviendo, eso nos dejará un hermoso futuro en los corazones de todos. Un beso muy fuerte compañero.
Besos para todos, muchos besos

ana Maria dijo...

Yo tambien en la Uni conocí a alguien muy especial querido amigo fantasma, alguien al que he recordado con mucho cariño todos estos años. En aquellos días eramos lo que tu dices, unos adolescentes inexpertos, y era imposible que viesemos todo lo que hoy vemos. Hoy vemos el tesoro mas grande, el interior, valoramos lo que realmente importa...., la esencia. Esa esencia es la que hoy ha hecho que nos reencontremos todos con esta alegria, porque allí, en la Uni, dejamos cada uno un trocito de nuestro corazón.
Tu también amigo fantasma nos das cada día una nueva lección, y nos descubrres cuanta sensibilidad hay en tu alma. Mil besos.

Rus dijo...

Querido fantasma, creeme que no fuiste el único que se dejó enredar en las telarañas del amor joven e inexperto. Cuantos deseos, cuantos miedos... que tiempos aquellos en los que inocentes intentabamos descubrir, qué estaba pasando con nuestros cuerpos y nuestras mentes... que lástima no poder volver atrás, sabiendo lo que sabemos... cuantas pequeñas y grandes historias de amor quedaron en el camino, algunas incluso sin llegar a nacer....y que maravillosa posibilidad sería poder recuperar aquel tiempo, con nuestra experiencia de ahora. Si, decididamente, dejamos muchos sentimientos en el camino... pero ello nos ayudó a crecer y forma parte de las personas que ahora somos. Como semillas sin germinar... más de uno guarda en su interior ese amor que no salió a la luz... El tiempo dira...
Dulces sueños, amigo fantasma.Isabel.