martes, 11 de marzo de 2008

YO Y EL VOLEIBOL


Mi amigo José Manuel Inglés, me ha dado pié a hablar de esto, sólo nuestra Angela podría contar tambien anecdotas como yo, pero ella aún no se ha decidido a entrar, por eso, yo contaré algunas cosillas de las que me acuerdo. Ya en mi primera intervención expliqué lo que supuso para mí entrar en el equipo de voleibol, por eso ahora intentaré estrujar un poco la memoria, recuerdo cuando en el segundo año, fuimos a unos sectores a Las Palmas, fueron nuestros primeros partidos en polideportivos de parquet, impresionante, el ruido que hacían los balones al ser lanzados contra el suelo, ese eco, ese murmullo de gente, esas enormes gradas y gente, mucha gente y nosotras, acostumbradas a nuestras canchas. Nos quedamos a dormir en la laboral de las Palmas, también como la nuestra, quedaba un poco apartada, pero era algo parecida. Recuerdo eran unas habitaciones enormes, con una especie de armario en el centro redondo y las literas alrededor, me recuerdo como si me viera en estos instantes, compramos una cajetilla de cigarrrillos more, y todas nos fumamos uno tumbadas en nuestras camas, recuerdo las prisas, los cambios de ropas, las duchas y sobre todo el aroma del desodorante fa que aún hoy al olerlo me trae recuerdos de esos días. Nuestra preparación, para el sector que jugamos en el colegio de Gamarra, donde por cierto fuísteis muchos a vernos y donde quedamos triunfantes. Nuestro profesor y amigo Ruben, nos dió una buena, nos estuvo entrenando durante 10 días con pesas, saltos, flexiones, fué durísimo, nos pasábamos el día en la laboral pero mereció la pena porque lo hicímos fenomenal. Que me decís de los partidos de los sábados en la laboral, os metíais con nosotras y nos decíais que èramos unas mantas pero, nunca fallásteis, siempre estábais ahí, animando a vuestra niñas de voleibol, cuando nos quedabamos a comer los sábado, recuerdo nuestra entrada en el comedor, nos sentíamos reinas y admiradas, era una sensación muy especial y allí estábais todos
mirándonos, y nosotras super orgullosas.
Ganamos varios trofeos, y medallas, muchas medallas, la verdad es que nos dió muchas satisfaciones.

Cuando hicimos el viaje de estudios, había unos campeonatos en Murcia y me puso Ana Tere entre la espada y la pared y a pesar de lo que el voleibol era para mí, lo cambié por el viaje al lado de mis compañeros, no me lo podía perder, Ana Tere se enfadó conmigo, pero yo no estaba dispuesta a abandonar el viaje, la mala suerte que coincidieran en fechas.

Terminada la Laboral, continuamos jugando con otro equipo, Angela, Felisa, Marian y yo y llegamos hasta una fase final para subir a primera división, pero por la fatalidad de los medios económicos tuvimos que dejarlo, porque era caro y todas estábamos trabajando y el club privado que nos financiaba dejó de hacerlo. Y aquí acabó el voleibol de competición para mí, entonces tenía 22 años, claro que ese mismo año cambié los pantalones cortos y el chandal por un vestido de novia. La foto que os pondo, corresponde a la identificación de un árbitro que después de pitarnos unos campeonatos, me la regaló, junto con el silbato y los he tenido guardados con mucho cariño.

Bueno, seguiría contando cosas pero, el blog no es sólo para mí. Otro día seguiré.

Besitos para todos.

1 comentario:

ana Maria dijo...

Que bonitos recuerdos Conchi, cuánto me gustaría tener muchos de esos que conservas, pero aún y así aunque no los tenga, al tú escribirlos los compartes y los hago míos. Al igual que se repoblan los bosques, se esta repoblando mi memoria. Mil besos amiga.